sábado, 27 de febrero de 2016

Más allá del egoísmo


Es nuestra diaria obligación darte gracias, Padre Dios,
por el ser que nos das y la creación que nos acompaña.
Nuestra mente no está capacitada para comprenderte
Tenemos una larga historia plagada de falsos dioses,
los que hemos creado confundiéndolos contigo.
Nos hemos empeñado en hacerte como nosotros, interesado,
más que justo justiciero, incluso vengativo,
te hemos puesto en una nube, guardando las distancias.
Qué equivocados andamos, eres pura bondad y amor,
cercano, comprensivo, generoso sin límite,
el mejor de los padres y la madre más entrañable.
No te define bien el calificativo de todopoderoso
aunque te llamen así en tantas oraciones.
Tienes tanto poder como para crear el universo,
pero sólo te mueve el amor cuando nos das tu vida.
Gracias, Dios nuestro, unidos a todos los que creen en Ti,
pero en nombre de todos los seres humanos,
recitamos en tu honor este himno de agradecimiento

Queremos hoy darte gracias, Padre santo,
por el privilegio de contar entre los seres humanos
a tu hijo Jesús, el hijo del hombre, nuestro modelo y guía.
Nos sorprenden todavía sus maravillosas parábolas,
que te retratan como un Dios increíblemente generoso,
accesible, al que podemos llamar confiadamente de Tú.
Hiciste bien en confiarle la implantación de tu Reino.
Su entrega a esta misión fue total,
curó de su ceguera a todo el que fue en su búsqueda,
y curó de su sordera a quien quiso escucharle.
Fue, como Tú, amigo de los pobres, de los enfermos,
fue el abogado defensor de cuantos sufrían injusticias.
Les mostró a todos ellos su solidaridad
y defendió a muerte su causa.

Remueve, Señor, nuestras entrañas, sacúdenos,
haz que nos atrevamos a salir de nuestra pasiva comodidad,
porque hacemos poco y tenemos que hacer mucho más
por la mucha gente que muere cada día de hambre,
de soledad y de angustia.
Su tragedia es angustiosa, desesperante,
aunque apenas les oigamos gritar
encerrados como vivimos en nuestras burbujas de egoísmo.
Envía, Padre santo, tu Espíritu sobre toda la humanidad.
Lo necesitamos con urgencia. Hoy más que nunca,
nos hemos distanciado mucho de tu proyecto de mundo.
Debemos asumir nuestra directa responsabilidad,
la de todos nosotros, y tomar medidas drásticas,
no conformarnos con ser aparentemente buena gente.
Tenemos que ir más allá de la ley y la costumbre.
Podemos contar con tu ayuda y unir nuestro esfuerzo
al de todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Arropados por tan buenos hermanos, unidos a Jesús,
Dios todoamoroso, te suplicamos tu bendición paternal.
AMÉN.


MÁS ALLÁ DE LA EQUIDAD
Escrito por  Rafael Calvo Beca
Es nuestra diaria obligación darte gracias, Padre Dios,
por el ser que nos das y la creación que nos acompaña.
Nuestra mente no está capacitada para comprenderte
Tenemos una larga historia plagada de falsos dioses,
los que hemos creado confundiéndolos contigo.
Nos hemos empeñado en hacerte como nosotros, interesado,
más que justo justiciero, incluso vengativo,
te hemos puesto en una nube, guardando las distancias.
Qué equivocados andamos, eres pura bondad y amor,
cercano, comprensivo, generoso sin límite,
el mejor de los padres y la madre más entrañable.
No te define bien el calificativo de todopoderoso
aunque te llamen así en tantas oraciones.
Tienes tanto poder como para crear el universo,
pero sólo te mueve el amor cuando nos das tu vida.
Gracias, Dios nuestro, unidos a todos los que creen en Ti,
pero en nombre de todos los seres humanos,
recitamos en tu honor este himno de agradecimiento

Memorial de la Cena del Señor

Queremos ahora darte gracias, Padre santo,
por el privilegio de contar entre los seres humanos
a tu hijo Jesús, el hijo del hombre, nuestro modelo y guía.
Nos sorprenden todavía sus maravillosas parábolas,
que te retratan como un Dios increíblemente generoso,
accesible, al que se puede llamar confiadamente de Tú.
Hiciste bien en confiarle la implantación de tu Reino.
Su entrega a esta misión fue total,
curó de su ceguera a todo el que fue en su búsqueda,
y curó de su sordera a quien quiso escucharle.
Fue, como Tú, amigo de los pobres, de los enfermos,
fue el abogado defensor de cuantos sufrían injusticias.
Les mostró a todos ellos su solidaridad
y defendió a muerte su causa.

Invocación al Espíritu de Dios

Remueve, Señor, nuestras entrañas, sacúdenos,
que nos atrevamos a salir de nuestra pasiva comodidad,
porque hacemos poco y tenemos que hacer mucho más
por la mucha gente que muere cada día de hambre.
Su tragedia es angustiosa, desesperante,
aunque apenas les oigamos gritar desde nuestra burbuja.
Envía, Padre santo, tu Espíritu sobre toda la humanidad.
Lo necesitamos con urgencia. Hoy más que nunca,
nos hemos distanciado mucho de tu proyecto de mundo.
Debemos asumir nuestra directa responsabilidad,
la de todos nosotros, y tomar medidas drásticas,
no conformarnos con ser aparentemente buena gente.
Tenemos que ir más allá de la ley y la costumbre.
Podemos contar con tu ayuda y unir nuestro esfuerzo
al de todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Arropados por tan buenos hermanos, unidos a Jesús,
Dios todoamoroso, te suplicamos tu bendición paternal.
AMÉN.




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