domingo, 7 de agosto de 2016

¿La religión que Dios prefiere? La que Jesús predicó en amor y misericordia


El Evangelio de hoy se hace eco de un tema frecuente en la tradición de los profetas del Antiguo Testamento: ¿Cuál es el verdadero culto a Dios? Es decir, la pregunta acerca del mejor modo de acercarse a Dios para servirlo.
El profeta Amós, por ejemplo, ponía estas palabras en boca de Dios: “Yo detesto sus fiestas, ni siquiera miro sus sacrificios, no quiero oír sus salmos. ¡Que fluya la justicia como arroyo permanente!” (Am 6,21-24).
Porque el Dios que anuncian los profetas es el Dios de la justicia y  la misericordia, el Dios que cuida de su pueblo, que cuida de aquellos que sufren las consecuencias de cualquier opresión. El Dios que anuncian los profetas prefiere la ofrenda del corazón a una ofrenda exterior sin contenido.
Y así se pronuncia también Jesús en el texto del Evangelio de Mateo: Es el corazón lo que Dios mira cuando nos acercamos a él. El modo de acercarnos a un Dios que ama la justicia y la misericordia, que ha dado su vida para salvar al hombre, es practicando la justicia y la misericordia con el ser humano. Por eso nos pregunta: ¿Cómo te portas con tu herman@? La respuesta que demos marcará la calidad de nuestra religión y nuestro culto a Dios. 
Te invitamos a rendir, hoy, culto a Dios sin palabras: sólo con acciones y gestos. Comenzando este nuevo día, revisa mentalmente las personas con las que quisieras tener un gesto de misericordia. Y elige sólo una de ellas. A ella te acercarás a lo largo del día de hoy y tendrás con ella ese gesto sincero de perdón. Por la noche, le presentarás a Dios a esa persona.
En el amor te encontramos, Jesús. En el perdón, en la justicia, en la misericordia y la solidaridad. Cada vez que nos acercamos a otra persona y dejamos que su realidad toque nuestro corazón y le ofrecemos nuestra ayuda y apoyo, hacemos que suba hacia ti una oración que surge del centro de nuestro ser. Acógela, Señor. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario