martes, 2 de agosto de 2016

Señor, haz que yo vea… tu rostro en cada esquina


Señor, haz que yo vea…
tu rostro en cada esquina.

Y sienta en mi corazón tus miserias,
y me preocupe por atenderlas
y, al precio que sea, las atienda.

Que vea reír al desheredado,
con risa alegre y renacida.
Que vea encenderse la ilusión
en los ojos apagados
de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos que,
ocultos, pero infatigables,
construyen milagros
de amor, de paz, de futuro.
Que vea oportunidad y llamada
donde a veces sólo hay bruma.
Que vea cómo la dignidad recuperada
cierra los infiernos del mundo.
Que en otro vea a mi hermano,
en el espejo, un apóstol
y en mi interior te vislumbre.

Porque no quiero andar ciego,
perdido de tu presencia,
distraído por la nada…
equivocando mis pasos
hacia lugares con tu ausencia.

Señor, haz que yo vea
tu rostro en cada esquina,

y sienta en mi corazón tus miserias,
y me preocupe por atenderlas
y, al precio que sea, las atienda.
Y que siga viendo tu rostro
en cada esquina. 






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