Jesús quiere huir siquiera un momento de la gente. Ellos están regresando de misionar, se merecen un descanso. Y no
tienen tiempo ni para comer. Pero no hay manera de ocultarse.
Pero la gente acude de todas partes, se han
transmitido sin teléfonos celulares la noticia de que Jesús y sus discípulos se
encuentran por allí. Este movimiento creado por Jesús no puede escaparse de la
gente.
Tal es la nota de Marcos. Por eso tienen que ocuparse de ellos. Son pueblo
desorganizado, ovejas sin pastor. Necesitan enseñanzas. Y estas enseñanzas nacen en Jesús,
como en la parábola del samaritano, de la compasión, de la misericordia.
En otros
pasajes la compasión es porque no han comido (Mc 8,2). Aquí la compasión es
porque Jesús los ve desorganizados. No hay nadie que se ocupe de ellos.
Necesitan un líder que a través de la enseñanza, los organice como pueblo, y responda a sus inquietudes. No
componen un pueblo, son una masa abandonada, despreciada, sufriente.
La compasión de
Jesús va dirigida a enseñarles para transformarlos en pueblo, y atender a sus necesidades. Tal es la imagen
de Jesús que más nos recuerda Marcos: es el hombre que enseña y sana (Mc 10,1)
Por eso los
misioneros, los discípulos, los apóstoles, debemos se, como éster los servidores de la
palabra,los animadores de la comunidad, lo sanadores del pueblo.
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